Tepic, Nayarit, jueves 25 de abril de 2024

Forjó su porvenir en la lucha de izquierda

Oscar González Bonilla

12 de diciembre de 2014

Vehemencia mostró al declararse a favor del uso de la mariguana, más agregadas las imágenes por ella antes narradas de que conoció a Guadalupe (hoy su marido) como integrante de un grupo de música folclórica y  su carácter de mujer liberal, me hizo pensar que sería consumidora de la yerba.

No pude contener el impulso de preguntar si había fumado mariguana. Lo hice.

-“No, no, nunca. Ni la conozco, hasta le tengo miedo”.

Casi puntual a la cita, al abrir la noche, llega la diputada Sonia Nohelia Ibarra Fránquez al restaurante Chilindrón, en Tepic ubicado en la esquina de avenida Allende y León, lugar del encuentro establecido por el mánager de comunicación perredista René Ruiz.

Es acompañada por un varón, imagino su chofer, y una jovencita de baja estatura, su asistente con toda seguridad. Permite un recíproco beso en la mejilla.

Me instalé provisionalmente para esperar su arribo, en una mesa con vista al Jardín de la Madre. Vinieron entonces recuerdos de mi madre muerta, quien en vida me platicaba que de niña solía treparse al resbaladero que, entre otros juegos, había en el lugar.

Sólo que la mamá de ella, doña Jesús Guerrero, la reprendía con el interés de prohibir que jugara en el resbaladero ¿Por qué?, preguntaba yo, porque se nos veían los calzones, contestaba. Mi madre, doña Hilda, estudiaba la primaria en la escuela Francisco I. Madero y vivía por la calle León casi esquina con Mina, muy cerca del sitio de recreo.

Diputada, le dije, creo aquí existe un reservado donde realizar la entrevista sin interrupciones, también lejos de las curiosas miradas de los comensales. Asintió, y hacia allá nos dirigimos los cuatro. Poco antes de iniciar la entrevista se agregó René Ruiz.

No había tenido la oportunidad de conversar con la diputada Ibarra, sólo en uno o dos encuentros en el Congreso me saludó con la mirada y una sonrisa, señal que poseía antecedentes de mi persona como reportero que soy. En este momento me entero que es una mujer de acción y con buen discurso, pero además con enorme facilidad de pronto entrar en confianza con su interlocutor.

Me dice que en 1966 nació en Chapalilla, municipio de Santa María del Oro, sitio de donde no guarda recuerdos porque a los dos años de edad sus padres María del Refugio Fránquez Pérez y Antonio Ibarra se la llevaron a Mexicali, Baja California, en busca de lograr mediante el trabajo mejores condiciones de vida para sus ocho hijos (cinco mujeres y tres varones). “Allá, fueron años muy bonitos (permaneció hasta antes de cumplir quince años), con muchas experiencias”.

En Chapalilla su padre Antonio ayudaba al padre de éste al degüello y a destazar ganado mayor y menor y enseguida a la venta de la carne. Eran carniceros, pues. Ello le permitió en Mexicali emplearse en una carnicería nombrada La Luna al interior de un mercado de chinos. “Mi padre nos enseñó a consumir comida china, por eso me gusta tanto el arroz a vapor y todos los guisos chinos”, lo dice al tiempo que talla las palmas de sus manos.

Cita la diputada Sonia Ibarra que su padre no tenía segundo apellido, además les decía a sus hijos que era oriundo de Quimichis, municipio de Tecuala, pero que su acta de nacimiento especifica Chapalilla como lugar de origen. Su madre María del Refugio nació por azares del destino en Palapitas, municipio de Xalisco, cuando la señora madre de ésta y demás familia de Jomulco, municipio de Jala, se trasladaban allá al corte de café.

La diputada Sonia Nohelia Ibarra Fránquez, quien además ostenta el cargo de coordinadora del grupo parlamentario del PRD de la trigésima primera legislatura del Congreso del Estado, es esposa del destacado político de izquierda, Guadalupe Acosta Naranjo, a quien sostiene conoció en un curso propedéutico para ingresar a la Escuela de Economía de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN).

Externa vivencias al indicar que Naranjo, como es mejor conocido Guadalupe, tocaba quena y bombo en un grupo de música folklórica, del cual no recordó nombre, pero además en ese tiempo él era muy afecto a jugar basquetbol.

Destaca la hoy legisladora su decisión de iniciar en la política universitaria “con los feuanos”, es decir, en la organización estudiantil denominada FEUAN, desde que ingresó a la Preparatoria Uno de la UAN.

“Somos de personalidades muy inquietas, los dos participamos en acciones de política estudiantil dentro y fuera de la universidad, promovimos huelgas. No prevenir nos hizo ser padres”, según ella a los 19 años, mientras que Naranjo a los 21.

Pregunto: ¿Cuándo se casaron? Contesta: “Bueno, primero nos embarazamos y luego nos casamos”. La unión se concretó en septiembre de 1986, mientras que su primer hijo (Ricardo Enrique) nació al siguiente año, aún siendo ambos estudiantes de Economía, ella en primer año. Dividían su tiempo en estudiar, trabajar y ser padres. El segundo de sus hijos (no hay más) se llama Francisco Guadalupe y tiene 22 años de edad.

Sonia Ibarra recuerda que se desempeñó como inspectora municipal de estacionómetros que alguna vez existieron en la ciudad de Tepic, cuando el priista Braulio Pérez Valdivia era el alcalde durante el periodo 1984-1987. También trabajó en unión con su madre en la limpieza de edificios y en el asilo de ancianos “Juan de Zelayeta” donde su mamá muchos años fue cocinera.

Le  gana el gozo al decir que obtuvieron becas del Servicio Estatal de Empleo, ella aprendió corte y confección, mientras que él mecánica automotriz, “Lupe no se enseñó ni a cambiar una llanta, pero al maestro auxiliaba en temas teóricos, sobre todo matemáticas”.

Al regresar a Mexicali después de pasar vacaciones en Chapalilla, doña María del Refugio, su madre, dijo a familiares que regresarían a Nayarit pues don Antonio había enfermado a consecuencia de la diabetes, argumentando que las altas temperaturas lo afectan. “Pero como nos vamos a regresar, allá no tenemos nada”.

Entonces explicó que cuando su madre viajó de Tepic a Chapalilla se dio cuenta de la repartición de terrenos a la salida de la ciudad, era el año de 1981. De Mexicali en agosto se vino a Tepic doña María del Refugio decidida a conseguir un terreno para edificar casa. Invadieron el 2 de agosto lo que inicialmente se conoció como Cartolandia, precisamente casi un mes antes que el Coronel Rogelio Flores Curiel como gobernador de Nayarit entregara el poder a Emilio M. González, y la señora llegó más de diez días después de haber entrado por la fuerza cantidad de personas a extensa zona de tierra.

Solicitó un lote y se lo concedieron. “Mi mamá hizo su chocita, con baño y todo. Quince días después mandó por nosotros, incluido mi papá. Cuando llegamos faltaban dos días para que yo cumpliera quince años, la celebración fue precisamente en la colonia 2 de Agosto. Vivimos en la choza y hasta la fecha la 2 de Agosto ha sido nuestra colonia”.

Mientras tanto Guadalupe era asistido en casa de estudiante, muy a pesar que su mamá, maestra de profesión, prefirió para él casa de asistencia, que tuviera a la mano comida caliente, Naranjo regresaba por inquietud a la convivencia con los universitarios, a la vida en comunidad.

La entrevistada comenta que la mamá de Guadalupe lo esperaba en un pueblo cercano a Los Mochis, Sinaloa, de donde es oriundo, en temporada de vacaciones de fin de año, pero resulta que pasaron días sin llegar. A Tepic vinieron algunos de sus hermanos a buscarlo, incluso en la radio contrataron espacio para anunciarlo. Supieron que participaba en movimiento contra alza de tarifas de camiones del servicio público en Xalisco.

“Oye, me dijo su mamá, lo mandé a estudiar a la universidad de Nayarit por tranquila, para evitar su ingreso a la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), en ese tiempo revoltosa, izquierdosa. A pesar que lo intentó, su mamá ya no pudo hacer que regresara a Los Mochis”. La diputada Ibarra sostiene que en las acciones de toma de camiones conoció bastante bien a Naranjo, y aunque no lo dice, deja entrever que en esos instantes aumentó su amor por él.

Inquirir sobre si a la política entró por decisión propia o por la influencia de Guadalupe Acosta Naranjo, fue mi siguiente razonamiento.

Un no inmediato fue su respuesta, seguido de la expresión “nosotros iniciamos….yo era muy inquieta, hacía y gestionaba cosas”.

Enseguida el relato de que siendo gobernador de Nayarit don Emilio M. González (1981-1987), ella estudiante de Preparatoria le solicitaban cosas y las concedía. “En una ocasión nos prestó un camión dizque para hacer un viaje de estudios, pero en lugar de ello durante una semana nos fuimos a recorrer México (DF), Cuernavaca, Acapulco, Manzanillo (Maeva) y Puerto Vallarta”.

Considera que a la política ingresó cuando aún siendo universitaria participó en un movimiento que llamaba a no votar, “no creíamos en las elecciones”. Se llamaba Movimiento de Lucha Popular cuyas filas engrosaban José Isabel Campos, Arturo Marmolejo, Florentino Ocegueda, Ignacio Ponce y Guadalupe Acosta Naranjo, entre muchos otros.

Enseguida se enrolan en Punto Crítico, organismo que se encargó de adoctrinarlos ideológicamente, razón por la que de manera constante viajaban a la ciudad de México, para entonces son llamados a participar en la corriente democrática promovida por Cuauhtémoc Cárdenas, quien se escindía del PRI. Hubo largas jornadas de convencimiento tanto en el Distrito Federal como en Tepic, hasta que en un análisis profundo y un debate prolongado en la Escuela de Economía de la UAN, los izquierdistas nayaritas de Punto Crítico deciden respaldar el movimiento del hijo del General Lázaro Cárdenas.

Cuauhtémoc es candidato a la presidencia de la república postulado por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, candidatura que es avalada mediante su adhesión por varios partidos y organizaciones de izquierda que formaron el Frente Democrático Nacional, es allí cuando Sonia Ibarra se convierte en activista de campaña. Las elecciones son en 1988, Cárdenas tiene como principal competidor al candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari, quien resultó triunfador. Sin embargo, Sonia considera que se cometió un fraude electoral.

Posteriormente la hoy diputada local de representación proporcional afirma que fueron llamados por Cuauhtémoc Cárdenas para fundar el PRD. Explica que la asamblea constitutiva de Nayarit se realizó en el Gimnasio Estatal “Niños Héroes”. Desde esa fecha comenzó su militancia partidista (1989), pero recuerda que por esos tiempos hizo su servicio social (su profesión es Licenciada en Economía) en el INI (Instituto Nacional Indigenista), también trabajó en el INEGI (1990), “pero siempre construyendo partido”.

Una vez fundado el PRD, Guadalupe Acosta Naranjo fue en 1990 de los primeros diputados que tuvo ese partido en el Congreso estatal. Sonia se dedicó más al trabajo partidario, fue secretaria general del comité municipal de Tepic (1993), en el estatal ocupó la Secretaría de Educación, fue encargada de la estructura electoral y promoción del voto en diferentes campañas de candidatos perredistas. También fue asesora en el Senado con Jesús Ortega, en épocas distintas ocupó dos subsecretarías en el comité nacional del PRD.

En comisiones legislativas de la cámara federal a Ibarra Fránquez le correspondió asistir a Argentina, Uruguay, Ecuador, Nicaragua y El Salvador.

Se declara partidaria del uso de la mariguana con fines curativos, asimismo por la enseñanza de salud reproductiva con el propósito de evitar embarazos en edad temprana y los no deseados entre las jóvenes, al mismo tiempo se pronuncia por la equidad de género, la libertad de expresión y el derecho de las mujeres a decidir.

Sonia Nohelia Ibarra Fránquez egresó de la Escuela de Economía de la Universidad Autónoma de Nayarit (1989), fue diputada federal en el periodo de 2006 al 2009 a la LX legislatura, pero lo más grandioso en la vida, argumenta, es tener como marido a Guadalupe Acosta Naranjo, ex presidente nacional del PRD y político de altos vuelos en el país.

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