Sanders

La política en Estados Unidos dio un giro de ciento ochenta grados. La palabra “socialista” y “socialismo” es la más buscada en los diccionarios de la Unión, sobre todo por la juventud norteamericana, el sector que deja ver y muestra un palpable  interés por la teoría y práctica elaborada por el pensador más grande de todos los tiempos: el alemán Carlos Marx.

El personaje que ha logrado semejante hazaña, es el Senador Bernie Sanders, convertido hoy por hoy, en el precandidato Demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, que está ya, a escasos siete puntos de la Clinton, candidatura que apenas hace un mes, le aventajaba más de veinte dígitos.

De alcanzar la candidatura por el Partido Demócrata, tendrá muchas posibilidades de derrotar al postulado por el Partido Republicano y, desde la Casa Blanca, darle un vuelco a la política mundial, a favor de los pueblos de la tierra, dado el sentimiento humanista y justo de Sanders, algo que los humanos nunca nos imaginamos.

Este precandidato logró lo que Obama no pudo. Un millón de norteamericanos depositaron a su cuenta de campaña 27 dólares cada uno. Ningún candidato a lo largo y ancho de la historia política de Estados Unidos lo había  conseguido. Sanders, sí. ¡Es un logro! ¡Hazaña de las fuerzas progresistas de la Unión Americana, representadas por el Senador Demócrata, que tuvo la audacia y osadía de lanzarse por la Presidencia del poderoso país, por la vía de uno de los dos grandes partidos que se alternan el poder del imperio y, que, junto al Republicano, representan a los monopolios globales que dominan la economía en el mundo!

Este sistema de campaña, posibilita no solamente el financiamiento de las candidaturas, incluyendo la de los republicanos, sino, lo más destacado de tal modelo, es la base social que conquistan y los sufragios que se ganan.

En la historia de los Estados Unidos, nadie, ningún candidato, demócrata o republicano, había logrado un depósito de semejantes magnitudes, tal y como ya lo alcanzó el Senador Sanders, cuya circunstancia, tiene muy nerviosas a las élites imperiales de ese país y, lo que están haciendo ya, para cerrarle el círculo a esta candidatura, que es la gran novedad de la Unión Americana, es cerrarle los medios masivos de comunicación.

La bandera de Sanders es, justamente, la desigualdad existente en el país prototipo del capitalismo salvaje, del neoliberalismo, que son los monopolios internacionales que succionan sangre y sudor de nuestros pueblos, incluyendo, por supuesto, el nuestro, el heroico pueblo mexicano.

Una mejor distribución de la riqueza en los Estados Unidos de Norteamérica, es la única salida para que millones y millones de personas que aquí habitan, tengan otras posibilidades de existencia y una mejor calidad de vida.

Valga la redundancia, ya que, como dice el dicho popular, lo que abunda no hace daño: Logrando una más y mejor distribución de la riqueza en los Estados Unidos de Norteamérica, tal y como lo propone Sanders en su discurso de candidato presidencial, las grandes masas trabajadoras del poderoso país, tendrán mayores posibilidades de acceder a los derechos básicos que todo ser humano debe tener, como lo son: salud, educación, vivienda, empleo, por consecuencia, salario justo que permita solventar las necesidades prioritarias de la familia donde se ubica, obviamente, la alimentación.

La brecha en este país entre quienes todo lo poseen, que son una minoría, frente a los millones y millones de personas residentes en esta nación que cuentan solamente con su fuerza de trabajo, es cada día más ancha.

Es un tema que está generando la reflexión y meditación de las grandes masas de trabajadores norteamericanos y, tal situación, cambiará radicalmente las relaciones internacionales, porque la igualdad social, entraña, irremediablemente, una política de paz, antiguerrerista, contra la carrera armamentista y, eso, es a favor de los cambios democráticos y progresistas, que la humanidad, por necesidad histórica y social, está empujando y reclamando y, por la cual, trabaja y lucha todos los días.

Aquí, Marx, volvió a acertar, cuando explicó que en las entrañas mismas del monstruo capitalista, se incuba el ser que acabará con el sistema que tiene como divisa la explotación del hombre por el hombre, el cual, por ley y necesidad histórica, tendrá que desaparecer, tarde que temprano.

Desde acá, el país vecino, México, lanzamos y echamos porras al precandidato Sanders, con la esperanza que derrote a la Clinton y, en las constitucionales, al abanderado del Partido Republicano y acceda a la Casa Blanca a gobernar el poderoso país y, así, cambien para siempre las relaciones entre los países, construyendo una convivencia democrática entre las naciones del globo.

¡Qué así sea!