Vaya pasividad del Estado de Derecho

Nuestro país se ha estado polarizando más últimamente ya no nada más en cuestiones políticas, sino  hasta religiosas, por lo que es necesario preguntarse a quién favorece estar alentando estas polarizaciones entre la ciudadanía a sabiendas de en temas de política y de religión nunca se llega a nada y menos cuando los fanáticos de ambas partes demuestran ser de lo más intolerantes que pueda haber en la humanidad.

Así que ¿quién o quienes están alentando que crezca el antagonismo entre los llamados defensores de la familia y los que luchan por que se respeten sus derechos más elementales como seres humanos? Tan fácil que es aplicar aquello de “vive y deja vivir”, aunque se diga que quienes piensan así son conformistas, nada de eso, sino que los que se inclinan por vivir y dejar vivir son personas de mente más abierta y libre en su pensamiento que no les interesa meterse en los asuntos de los demás porque en realidad no les atañen ni les afectan en nada. Sin embargo, por desgracia hay gente que se deja llevar por lo más negativo que se le hace ver, leer o que mediante sermones se les va inculcando y toman esto como una verdad absoluta sin detenerse a pensar que cada cabeza es un mundo y que nadie debe influir en nada ni en nadie si no es para su bienestar. Y queda claro que el estar pregonando en contra de las leyes terrenas, en lo que concierne única y exclusivamente al César, no lleva a nada bueno, porque simple y sencillamente en nuestro país rige un Estado Laico, que hay separación de Iglesia-Estado y que esta disposición se debe de respetar a como dé lugar, sin que el Estado permita que se inmiscuyan en sus asuntos asociaciones religiosas que se supone su ministerio debe ser proclamar la buena nueva y dentro de sus recintos y nada más allá.

Sin embargo, se podría suponer que es el Estado el que está propiciando que esta anómala situación colapse más de lo debido al estar mostrando poca capacidad de reacción ante los embates de algunas Iglesias, sobre todo la Católica que últimamente se ha estado inmiscuyendo en asuntos que para nada le competen y que tiene prohibido por ley meterse en ellos, pues hacen caso omiso tanto autoridades como eclesiásticos a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, ley que emana de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y que por ende todo mexicano está obligado a respetar y hacer respetar; pero está visto que no es así, que el actual gobierno federal se está portando muy pasivo en cuanto a aplicar dicha ley a los prelados que cada día están más y más desatados desafiando dicha ley no nada más en sus discursos, sino por medio de su semanario Desde La Fe, que si estuviéramos en un verdadero Estado de Derecho, ya desde cuando habría llamado a cuentas al Clero Católico para obligarlo a que respete la ley y no esté incitando a sus feligreses con mentiras a que se manifiesten en contra de las leyes o sus iniciativas que son para todo mundo, porque da la casualidad de que en nuestro país hay libertad de cultos y que por lo tanto no existe religión oficial, así la mayoría de sus gobernantes profesen la religión católica, pues con esta libertad de cultos, existen otras creencias que al igual que la católica deben ser respetadas al máximo y no ser minimizadas en lo absoluto, pues así como cuenta una deben de contar las demás.

Y de acuerdo a ser un país donde rige el Estado de Derecho, que es Laico y existe la libertad de cultos, y de ser una nación seria y que se respete, ya debería haber enviado un extrañamiento al papa Francisco precisamente por su clara intromisión en las leyes mexicanas, cosa que no se le debe permitir en lo absoluto, por más papa que sea y Jefe Pontificio de un Estado: El Vaticano, porque al estarse refiriendo a lo que acontece en México, el Sumo Pontífice se está inmiscuyendo en cosas que nada más le atañen a  nuestro propio país, por lo que entonces sus declaraciones se podrían tomar como una invasión y ataque a la soberanía nacional. Y esto porque en la mayoría de los medios informativos a nivel nacional resalta el encabezado que reza sobre que “El Papa Francisco respalda a Frente por la Familia”; si todo fuera como eso no habría tanto en qué pensar, pero lo malo es que ya en el cuerpo de la nota se añade que según palabras del papa: “Me adhiero a los obispos de México en el apoyo al compromiso de la Iglesia y la sociedad civil a favor de la familia y de la vida (…)”. Esto obviamente que viola abiertamente la separación Iglesia-Estado. ¿O no?