Los ansiados puestos con base laboral

Es probable que para mucha gente de Nayarit una de sus mayores ilusiones sea la de contar con un trabajo de base, y si es en alguna dependencia municipal o estatal, pues qué mejor; de ahí que cada fin de administración ya sea municipal o estatal, mucha gente que ha hecho méritos para ser beneficiada con un puesto de base se truene los dedos para ver si ahora sí le toca la de buenas y le llega lo que tanto ha esperado durante varios años.

Porque es un hecho de que hay personas que ya tienen algunos años esperando que les toque la suerte de que se les dé una base laboral y por ende entrar al sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado y Municipios (SUTSEM) o hasta a alguno de sus satélites como el Sindicato Independiente de Trabajadores del Estado y Municipios (SITEM), el que sea, pero ya con la esperanza de que al contar con la base y la protección de su asociación sindical, se sentirán más seguras y más, si ya tienen cierta edad que les podría dificultar entrar a trabajar en otras partes.

Sin embargo, la mayoría de las veces esa ilusión se torna en pesadilla al ver que las bases laborales se les otorgan a recién llegados ya sea por amistad o compadrazgo o por haber hecho méritos en campaña y haber recibido la promesa de quien apoyaron de que al final de la administración tendrían su base de trabajo y desde luego su afiliación sindical. Porque hay gente con tan buena suerte que le atina a quien apoyar y que será el ungido y que a pesar de ser completamente gente desconocida, al final de una administración ya tiene su base dejando con un palmo de narices a otras personas que ya tienen años esperando su base.

Ahora posiblemente este final de administración tanto estatal como municipal no sea la excepción y que al igual que otros finales administrativos se les den bases laborales a gente nueva pasando por encima de quienes ya tienen años esperando esto. Y si bien ya es una costumbre el otorgar bases cada fin de administración, ya hasta los mismos sindicatos arriba mencionados se la están pensando porque ya está muy abultada la carga burocrática, y aunque también hay personal que se ha jubilado o pensionado y otras han enfermado y hasta fallecido por equis circunstancias y por esto dejan sus puestos vacantes, aun así la planta laboral, se dice, está excedida y no hay dónde colocar a tanta gente; y además, esto ha servido de pretexto para que las actuales administraciones y las entrantes resalten este hecho aduciendo que tanto empleado con base laboral cargue mucho la nómina y que la mayor parte del presupuesto se tenga que ir en pagar los salarios correspondientes y por lo mismo, a veces se tengan que retener algunas prestaciones y bonos y que es lo que ha generado el conflicto entre los sindicalizados y las administraciones gobernantes.

Y posiblemente esta supuesta planta laboral excesiva de burócratas sindicalizados le dé la impresión a gran parte de la población de que hay gente que prácticamente no hace nada en sus puestos designados. Y si bien no se generaliza porque hay de todo, existen burócratas tanto del municipio como del estado que por lo regular se portan mal con la ciudadanía, sobre todo en las ventanillas de atención al público, porque hay ventanillas a donde acude el público a realizar diversos trámites y es la hora en que la ventanilla ya debe estar abierta y no llega el empleado o empleada encargada, y cuando llega, primeramente se prepara su café o el de su jefe y uno que otro compañero, algunas damas aprovechan antes de abrir para terminar de maquillarse porque no pudieron hacerlo en su casa o durante el trayecto de su hogar al lugar del trabajo; y luego de comentar con sus demás compañeros ya sea las hazañas deportivas, las telenovelas o su serie favorita de narcos, por fin se les antoja atender a quienes ya tienen tiempo haciendo fila. Obvio que no en todas las dependencias en donde se atiende al público es así, pero casi una regla.

Hay gente que comenta que en el edificio aledaño a la Presidencia Municipal, en donde se paga el predial y el agua, hay burócratas sindicalizados cuyas labores son únicamente decirle al público usuario en dónde está la ventanilla a la que tiene que acudir, y esa es toda su chamba. Y otros observadores señalan que en el mercado, el personal sindicalizado encargado del aseo y recolección de la basura, se pasan la mayor parte de su tiempo platicando entre sí, para después pasar máximo dos veces barriendo los pasillos y recolectando la basura de los puestos y tan, tan.