Tepic, Nayarit, viernes 19 de abril de 2024

Nuestros impuestos están trabajando

Sergio Mejía Cano

23 de Octubre de 2018

A mediados de los años 60 del siglo pasado, estaba muy arraigada la idea de la estatización de todo entre gran parte de la juventud física de entonces y muchos adultos libres pensadores, acentuándose aún más esta idea por la información que llegaba de que Cuba se había volcado hacia el socialismo siendo protegida esta hermana República por el bloque soviético.

En ese entonces era común que continuamente se hicieran presentes conferencistas en las escuela secundarias en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, así como ciudadanos de otros países que sufrían dictaduras militare, pidiendo ayuda por haber tenido que huir de sus países por ser perseguidos políticos, y hasta de estudiantes de preparatoria y estudios superiores que llegaban a contar sus aventuras respecto a las mafias estudiantiles que controlaban las escuela públicas, y cómo había transcurrido su vida desde la secundaria secuestrando camiones tanto urbanos como de refrescos, metiéndose al cine a la fuerza,  etcétera.

Entre una de estas conferencias, una persona que se dijo ser profesor platicó sobre la estatización diciendo que no era la mejor opción en nuestro país debido a la corrupción, porque pasaría algo similar a Servicios y Transportes –un servicio de transporte urbano que controlaba el gobierno estatal coludido con la CROC y que continuamente surgían conflictos debido a anomalías principalmente con el mantenimiento de las unidades-, que sí sería lo más opcional siempre y cuando fuese bien administrado, pero que por eso la economía mixta, Iniciativa Privada (IP) y Estado, estaba dando buenos resultados. Cuando dijo esto el conferencista recibió una andanada de chiflidos y abucheos, y más fuerte se hizo el abucheo, cuando dijo que el mejor ejemplo de la inversión privada nos lo había estado dando Estados Unido de Norteamérica (USA) todo el tiempo. ¿Por qué?, se preguntó quizás a sí mismo o nos preguntó a todos. Para luego seguir diciéndonos que nada más viéramos lo que era USA y lo que era nuestro país en cuestión de vida, economía, estatus social, ciudades, etcétera. ¿Y todo por qué?, volvió a preguntar. Porque allá todos pagan impuestos y el dinero que se recauda sí es bien encausado. Obviamente que desde luego habrá corrupción y evasión, pero de que los impuestos se aprovechan más en la comunidad que aquí, es un hecho muy claro y palpable. He ahí el ejemplo de las ciudades fronterizas con los USA, cómo es Nogales, Sonora y cómo es Nogales, Arizona, Douglas y Agua Prieta, El Paso, Texas y Ciudad Juárez, Chihuahua, Tijuana, Baja California y San Ysidro, California, etcétera; ciudades que a pesar de estar prácticamente juntas contrastan enormemente. Todo, debido a cómo se utilizan y se reflejan los impuestos en uno y otro lado, concluyó el conferencista de aquellos años 60.

Obvio que en México también se pagan impuestos, pero está comprobado que es el ciudadano de a pie el que es más causante cautivo y más cuando se le descuenta el incometax mediante nómina y desde luego en todo lo que consume. Y también se ha documentado que es probable que la gente pudiente sea la que menos pague impuestos, como las grandes compañías a la que hasta les devuelven dinero por dizque haberles cobrado mal el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Así también se ha dicho que gente que tiene casas con alberca, pagan menos de agua que un ciudadano que vive en un lote baldío.

Y ahora la noticia es respecto a la conferencia de Carlos Slim Elú en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, al decir que en donde quede el aeropuerto ya sea nuevo o en Santa Lucía o que se renueve el Benito Juárez, el que sea, debe de ser administrado por la IP. Mira tú, qué suave. Claro que no tendría nada de malo siempre y cuando sea la misma IP la que construya o remodele lo que será el aeropuerto para la Ciudad de México, porque para la IP siempre le ha caído de perlas que obras que se construyen con dinero del Erario, posteriormente se le den a administrar a la IP y con el mínimo de impuestos a pagar. He ahí el caso de las autopistas que a pesar de ser construidas con dinero de los impuestos de los mexicanos, luego tienen que pagar peaje para poder transitar sobre esas autopistas que prácticamente le costaron al mismo pueblo. Y lo que se ha cuestionado es a dónde va a parar todo ese dineral que se recauda por el peaje de las autopistas que, cuando se deterioran, en vez de repararlas la IP, con gran facilidad devuelven la concesión al Estado; un claro ejemplo está en la autopista Guadalajara-Tepic. Sea pues. Vale.

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