Tepic, Nayarit, viernes 29 de marzo de 2024

Los árboles producen oxígeno, y ahí es donde deberíamos de estar

Sergio Mejía Cano

24 de junio de 2020

Hay algo que no cuaja en cuanto el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anuncia el supuesto fin del neoliberalismo, ya que una de las principales bases, de acuerdo a los analistas, para que dicho sistema se afianzara era necesario estar alarmando constantemente a las poblaciones en donde se tendría que implantar, para tenerla distraída en todo momento y pusieran más atención en aparentes catástrofes, que en su economía.

Y si bien se ha dicho ahora que el problema del coronavirus no es “el chupacabras” ni nada por el estilo, lo que sí es un hecho es que con esta supuesta pandemia no se ha dejado de alarmar a la población un día sí y otro también con el avance imparable de los contagios, enfermos y fallecimientos atribuidos a este mal, ya que en vez de ir atenuando  el pánico que ha generado en infinidad de personas, apoyado por la institucionalidad de algunos medios informáticos, cada día se informa de un incremento que viéndola de bien a bien, ya comienza a rayar hasta en lo inverosímil, porque es evidente que se está exagerando de más, tal vez con el propósito de proteger a la ciudadanía, pero de que al estar anunciando que probablemente la mitad de la humanidad vaya a desaparecer, como que podría tener un efecto contraproducente debido a que cada día aumenta la cantidad de gente que se ha hecho incrédula, gente que antes se estaba escondiendo en su casa y cumpliendo con todas las advertencias del Sector Salud, y que aun así se está informando constantemente que sigue habiendo contagiados, enfermos  y desde luego, muertos.

Así como cuando acude alguien al médico y se detecta alguna enfermedad, muchas de las veces el mismo médico que atiende le dice al paciente que podría optar por otras revisiones, por otras auscultaciones para que salga de dudas y así no se quede con un único diagnóstico. Entonces así, el Gobierno Federal debería de investigar por otro lado y no estar atenido a lo que diga y dictamine la Organización Mundial de la Salud (OMS), porque por algo el presidente gringo, Donald Trump, se disgustó con la OMS, al grado de pretender cortarle el presupuesto.

Y debería el Gobierno de México buscar mediante otras investigaciones qué es lo que está pasando en realidad, porque resulta por demás extraño que a la mayoría de la gente que se le hace la prueba del covid-19 salga positiva; así que se podría investigar a fondo sobre el reactivo que contiene dicha prueba y si no estará actuando con algún otro componente del organismo humano, porque eso de estar atenidos nada más a un reactivo, pues como que da a sospechar algo y, aunque todo sea producto de la ignorancia que me caracteriza, pues no estaría por demás buscarle por otro lado.

Y a propósito de la OMS, otro dato curioso es el cambio tan radical que dio el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, respecto al uso del cubre-bocas; ya que en un principio afirmó que nada más era una falsa sensación de seguridad, y posteriormente dijo que no era seguro, pues con el hecho de que la gente lo tenía que estar acomodando a cada rato se podría también tener que estarse tocando la boca y los ojos y por ahí podría infectarse. Sin embargo, en cuanto se informó en los medios de que López Gatell estaba contemplado para ingresar a la OMS como asesor, su posición para con el cubre-bocas dio un giro de 180 grados, tan así, que ahora aprueba su uso simple y sencillamente porque la OMS lo recomienda. Claro, porque una película sobre epidemias o pandemias perdería fuerza si sus protagonistas no portaran cubre-bocas.

Lo malo de tanta indecisión es que al venirse las restricciones, la represión la sufre de inmediato Juan Pueblo, como ahora en que se dice que debido al alza de contagios, se podría volver al confinamiento; y por lo pronto, ya se volvió a prohibir el que la gente salga al aire libre de parques y jardines e incluso andar en los cerros. ¿Pues qué no acaso los árboles producen oxígeno y fortalecen la respiración? ¿Qué no es oxígeno lo que les suministra a los infectados de covid-19 en los hospitales con los dichosos ventiladores? ¿Entonces por qué prohibir que la gente vaya a respirar aire puro junto a los árboles y así no estar respirando el aire viciado de una casa de dimensiones muy reducidas?

Se entiende que las cárceles se idearon para encerrar a los malhechores, ¿entonces por qué querer tener encerrada a la población? ¿Nomás porque lo dice una organización que está en duda para qué intereses está trabajando?

Sea pues. Vale.

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