Tepic, Nayarit, jueves 25 de abril de 2024

Navarro Quintero, ideal

Oscar González Bonilla

03 de diciembre de 2020

Entre la maraña de acontecimientos políticos que hoy en día registra nuestra entidad debido a la cercanía del arranque del proceso electoral 2021, vino a mi capacidad de recordar la figura inhiesta del doctor Miguel Ángel Navarro Quintero.

El actual Senador ha permanecido 23 años en la actividad política del país, con altibajos cuando participar como candidato en elecciones se ha tratado. Inició en las grandes ligas de la política en 1997.

Precisamente cuando de Rigoberto Ochoa Zaragoza, gobernador de Nayarit en esa época (1993-1999), recibió el impulso. Fue este quien decidió que como titular de la Secretaría de Salud de su administración, Navarro Quintero pasara a ser candidato del PRI a diputado por el tercer distrito electoral federal.

La sorpresa fue mayúscula, nadie imaginaba que un doctor en medicina como profesión tuviera un discurso tan elocuente, emotivo, capaz de sacudir conciencias. La participación de Miguel Ángel ante conglomerados priistas a puerta cerrada fue antes de ser designado candidato a diputado federal por Nayarit.

Bien recuerdo que en ese tiempo este escribano prestaba sus servicios reporteriles al periódico Meridiano de Nayarit. Entonces se me ocurrió pedirle al director general del diario, José Luis David Alfaro, me enviara como su corresponsal a cualquier campaña de los tres candidatos del PRI a la diputación federal.

Aceptó, pero previo hizo un balance. Con Marco Antonio Fernández Rodríguez no, él era candidato por el primer distrito electoral federal. Mucho menos con Salvador Sánchez Vázquez, candidato por el segundo distrito. Tú, me dijo Alfaro, reúnes el perfil para trabajar en la campaña del doctor Miguel Ángel Navarro Quintero, candidato por el tercer distrito. Ve con él y dile que cubrirás la información de sus actividades de campaña para Meridiano. Así sucedió y el doctor Navarro gustoso dio su aprobación.

Posteriormente recibí una notificación para participar en un desayuno personal con el doctor Navarro en el restaurante del hotel Real de Don Juan. Acudí. Platicamos, llegó el momento en que le pregunté quién sería el encargado de manejar la comunicación social durante su campaña. Me dijo: para eso te cité, para que seas tú. ¿O no le entras? Sí, pero de ello debo dar aviso al doctor Alfaro. Éste estuvo de acuerdo y en mi lugar designó a una joven mujer reportera de Meridiano.

Fue así que comenzamos la travesía por territorio de siete municipios, entre ellos Santa María del Oro, Amatlán de Cañas, San Pedro Lagunillas, Bahía de Banderas, Compostela, Ixtlán del Río y San Blas. La campaña de proselitismo tardó más de cinco meses, siempre bajo la coordinación del profesor Marco Antonio Verdín.

Cuando mucho diez elementos componían el equipo de campaña que viajaba en modestas unidades móviles. El doctor Navarro en suburban, no de modelo reciente, era desplazado siempre en compañía de sus elementos de comunicación social. Todo transcurrió sin ninguna circunstancia de gravedad, por el contrario la amistad y el cariño de compañeros de viaje se cohesionó. Recuerdo que el candidato nos recomendaba el diario aseo personal, la muda de vestuario y hasta de ropa interior. Es muy meticuloso.

Los sitios más alejados dentro de los territorios de los siete municipios que comprendían el distrito electoral federal fueron visitados con animosidad por el candidato. Los eventos de proselitismo en pueblos y cabeceras municipales tuvieron enorme aceptación. Y el discurso del doctor Navarro no sólo llegaba al corazón de los desposeídos, marginados, sino taladraba hasta lo más profundo de la conciencia del pueblo pobre. Cuando por la noche regresábamos a Tepic, el doctor Miguel Ángel en el estéreo colocaba un casette de Marco Antonio Solís, en boga. Su predilecta una canción nombrada El Milagrito, que por cierto en sus discursos el candidato hacía alusión a parte de una frase de la melodía: Cuando hay buena voluntad el camino se endereza…

Su discurso tuvo un gran poder de aceptación porque su profesión de doctor en medicina humana con alta especialidad en ginecología y obstetricia, fundamentó bases de su elevado sentido humanista, aparte de que su vida transcurrió en condiciones aciagas virtud a la trágica muerte en accidente carretero en Plan de Barrancas de su padre Gabino, chofer de unidades de carga pesada, cuando en Miguel Ángel transcurría tierna infancia.

Navarro Quintero nació en Tepic, por la avenida Victoria al oriente, frente a la terminal de autobuses de pasajeros que hacen traslados a Francisco I. Madero (Puga) y Bellavista. Sin embargo, su madre Chelito decidió emigrar a Puga, donde tenía oriundez, y desde allí planear la manutención de sus hijos. Instalados en la ciudad de México, la mujer con base en trabajo y esfuerzo constantes logró que sus hijos obtuvieran profesión al cursar estudios en el Instituto Politécnico Nacional.

Miguel Ángel Navarro Quintero triunfó en las elecciones de 1997. A ello contribuyó no sólo el buen desempeño de su campaña y la aceptación de su persona por los electores, sino a ello coadyuvó la excelente labor legislativa que en favor de los habitantes de los siete municipios del tercer distrito electoral federal realizó el arquitecto José Ramón Navarro Quintero, quien también fue diputado.

Retomo lo dicho: Miguel Ángel Navarro Quintero tiene un elevado sentido humanista. Goza de autoridad moral, posee capacidad de escuchar y por tanto de dialogar. Es basta su experiencia política. Tiene el don de dar la mano a quien la necesita. Y lo trascendente, pregonado en público por el presidente Andrés Manuel López Obrador, es un hombre honesto.

Por el bien común de la sociedad, Miguel Ángel Navarro Quintero debe ser el próximo gobernador de Nayarit.

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