Tepic, Nayarit, viernes 19 de abril de 2024

Una ley que tal vez podría producir más delincuentes

Sergio Mejía Cano

11 de septiembre de 2020

En la ciudad de Guadalajara, el Congreso del estado de Jalisco, acaba de aprobar una ley a la que se le ha dado en llamar “ley anti chancla”, que supuestamente prohibirá a los padres de familia “métodos violentos para educar”. Obviamente, las críticas por gran parte de la ciudadanía hacia los legisladores de dicho estado no se hicieron esperar, aduciendo que hay otras cosas en qué legislar y no en algo que en sí, corresponde más a los mismos padres de familia que a los legisladores.

En el portal de internet de notisistema.com, se dice que con 33 votos a favor, diputados locales aprobaron eliminar un párrafo del artículo 142 del Código Penal, donde se lee que “no se considera maltrato infantil el ejercicio del derecho de corrección que prevé el Código Civil, pero mantiene las penas de seis meses a cinco años de prisión por las agresiones a un menor de edad.

Según la nota referente, el presidente de la Comisión de Asistencia Social, Hernán Cortés Berumen, informa que serán sancionados los castigos corporales severos e innecesarios. Y pone como ejemplo, el que si van por la calle una mamá o un papá y le dan un jalón rápido a un niño para que pueda cruzar la calle y otro tipo de acción que pueda poner en peligro, esto pueda entenderse que pueda entrar en el supuesto y pueda tener una sanción. Y remata con que las ocasiones en que se cometan castigos corporales severos o innecesarios, serán determinadas  por el juez o autoridad que reciba la denuncia y siga el caso.

Así que en el entendido de que una mamá y un papá al tratar de impedir que su retoño quiera atravesar una calle sin fijarse o sin ningún tipo de precaución, y por esto alguno de sus progenitores o ambos lo jalan de un brazo o de la ropa para que no lo haga, y si alguien los acusa, pues ya con eso se hicieron acreedores de una sanción; y si al llegar ante el juez o autoridad correspondiente, es obtuso y de mente cuadrada, al igual que los legisladores que aprobaron esta ley, pues ya estuvo que los pasaron a perjudicar a los padres de familia que lo único que hicieron fue proteger la vida de su hijo o hija, al impedirle que atravesara una calle a tontas y a locas; nomás.

Desde luego que una ley de este tipo se podría prestar para venganzas vecinales, en el entendido de que para todo hay gente, por lo que si unos vecinos  se caen mal entre sí, y oyen que al otro lado de su casa llora un niño porque su mamá o papá lo están regañando o aplicándole un correctivo, y llaman a la policía para acusarlos de maltrato infantil, pues ya los pasaron a perjudicar a los padres de familia que estaban corrigiendo a sus descendientes, y mientras son peras o son manzanas, por lo mientras, van a investigación.

A la mayoría de la humanidad, si no es que a toda, en algún momento nuestros padres y madres tuvieron que recurrir a cualquier clase de artículo para hacernos entrar en razón, ya fuera con una chancla, un garrote, una vara, un cinturón o fajo o con cualquier cosa que tuviera mamá a la mano y ¡bolas don Cuco!, donde cayera el golpe, y no meta la mano porque le doy más, y para que aprendas y otra vez no hagas esto o lo otro, etcétera; sin embargo, lo más probable es que estas llamadas de atención a veces dolorosas, a la mayoría nos sirvieron para reflexionar sobre determinados actos que hicimos ya sea consciente o inconscientemente, pero que estuvieron mal de algún modo, que incomodaron a mamá y papá.

Recuerdo una tira de “Mafalda”, en donde Susanita le dice a Manolito que ya estaba prohibido que los profesores les pegaran a los alumnos, y Manolito con cara feliz le pregunta a Susanita que si ahora iba a ser al revés, si los chicos ahora le iban a pegar a los profesores. Y esto, porque existía la costumbre que algunas profesoras y profesores, castigaran a sus alumnos ya fuera con jalón de orejas, de patillas o hincarlos en un rincón del salón de clases.

Sí de por sí se ha visto hoy en día que muchos padres de familia se pasan de tolerantes con sus hijos, permitiéndoles prácticamente que hagan todo lo que se les antoje y sin atreverse a llamarles la atención dizque para no traumarlos; y por lo común de acuerdo a estudios o experiencias personales, mucha gente después comprueba con el tiempo, que lo único que estaban haciendo esos padres tolerantes demás, eran futuros delincuentes o víctimas de otra gente que no toleró sus caprichos, pues crecieron sin ningún tipo de rienda que les hiciera ver que estaba mal lo que hacían queriendo tener todo sin ningún problema.

Sea pues. Vale.

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