Ser Maestro

Ser Maestro es sembrar la semilla del saber, dejar esa inquietud por conocer lo que nos depara la vida, no es solo enseñar a leer, a escribir, a enseñarles, ciencias, matemáticas, física, química, etc. Es saber tocar el alma, el espíritu y corazón de cada niño, de cada adolescente, de cada adulto que por muchos motivos no pudo estudiar a tiempo, es sembrar conciencia de saber que nada es fácil en este mundo. Ser Maestro es enseñarlos a soñar. A ser felices, a moldear su ser y llenarlos de entereza, de fortaleza y valor, a saber, enfrentarse a los retos que se le presenten y jamás desista de sus sueños.

Ser Maestro, es saberlos escuchar y atender, darles esperanza, moldearlos con amor y empatía, que sepan que en su maestro tienen un amigo en quien confiar, que se sabe escuchado, importante y muy querido. Ser Maestro, es ser sensible, honesto, predicar con el ejemplo y que nunca dejen de soñar y luchar por sus sueños, que la semilla que se siembre sea no solo la semilla del conocimiento, del saber sino también enseñarles que deben conducirse con respeto, tolerancia y Amor.