Tepic, Nayarit, sábado 03 de mayo de 2025

Braulio Pérez Valdivia, baluarte de la cultura magisterial y política

Oscar González Bonilla

23 de Abril de 2025

La superior idea que bullía en su mente fue el deseo de contribuir, de alguna manera, al desarrollo de nuestro país, razón por la cual Braulio Pérez Valdivia se decidió por la carrera magisterial.

También mucho alentó, animó y dio vigor en él, el hecho de que en ese entonces varios de sus parientes ejercían la docencia, entre ellos Jacobo Valdivia. Pero, además, expresa sentimientos verdaderos al señalar que no le quedaba otra opción, tomando en cuenta sus condiciones económicas cuando se es hijo de un campesino.

Una vez concluidos estudios de secundaria en Tepic, Braulio Pérez Valdivia abrazó la carrera magisterial, empezó a trabajar como maestro en el aula, frente a los alumnos. 

Explica las razones: “En aquel tiempo, el personal educativo tenía un montón de problemas de disparidades. Había maestros que ya trabajaban al término de cursar ellos su educación primaria, otros con secundaria, como tu servidor. 

También había trabajadores de la educación egresados de escuelas normales, después de haber estudiado en ese centro de enseñanza dos o tres años. Era entonces una revoltura, en cuanto a niveles académicos”.

Vino enseguida la mano férrea de Jaime Torres Bodet, considerado por el entrevistado como maestro completo. Con base en decreto presidencial, Torres Bodet estableció el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, “a donde acudimos todos para regularizar el nivel académico”.

A dicha institución ingresaron estudiantes de varios estados de la república, calculados en unos 300, pero de tal cantidad solo cinco maestros egresados lo hicieron con mención honorífica, entre ellos destacó Braulio Pérez Valdivia (“aún me siento contento y feliz”). También adquirieron dicha distinción por haber demostrado desempeño de excelencia: Justino Rodríguez Valle, Salvador Díaz González, José Luis Valera y Antonio Sánchez López (este último originario de Ixtlán del Río).

Confiesa Pérez Valdivia que fueron pocos los años que desempeñó la labor de maestro en el medio rural. Trabajaba en escuela primaria de Santa María del Oro (donde nació) cuando personalmente recibió la invitación del profesor José Valdez Coria, nombrado director de la secundaria federal de Santiago Ixcuintla, para incorporase a esa institución como mentor de segunda enseñanza. Lo cual aceptó.

Al entrevistado se le pide considere cuál es la esencia del maestro, es decir, sus cualidades permanentes, sus lineamientos básicos que lo hacen valioso.

Sin rodeos expresa: “Yo creo que el auténtico maestro no sólo debe de buscar la forma de despertar las inquietudes de los jóvenes, sino que también exigir a los padres de familia para que coadyuven en la conformación de sus hijos. Porque en estos momentos, me atrevo a decir, hay una desintegración familiar, lamentablemente. Cómo es posible que los padres no se den cuenta cuando sus hijos están dedicados a actividades ilícitas, son los primeros que deben enterarse. Pero además los padres deben sumar a la familia al interés por la educación de sus hijos”.

Surgió entonces el tema de la participación política del maestro Braulio Pérez Valdivia al interior de la Sección 20 magisterial.

Inicia cuando se involucra en corriente magisterial en contra de la dirigencia seccional que lideraba Federico González Gallo –“yo creo que fue buen dirigente”-, cuyo equipo de maestros que lo rodeaba tenía una permanencia de más de 30 años al mando de la organización.

“Nos integramos un grupo bastante numeroso de maestros inquietos que luchamos por el cambio, y lo logramos con muchos problemas, con muchas dificultades, porque todos los inspectores eran manejados, dirigidos, por Federico González Gallo”. 

Asegura Pérez Valdivia que antes de proceder a acciones, se propuso a la corriente contraria la integración de un comité de composición en la sección 20, pero la negativa fue rotunda. “Nos fuimos al Congreso y ganamos por un voto”. Fue así que Braulio Pérez Valdivia asumió la secretaria general del comité de la sección 20 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en 1967, para un periodo de tres años.

Hace alarde de que al término de su período al frente de la sección 20 las condiciones políticas eran diferentes. Se refiere que entre el 80 o 90 por ciento de los delegados “eran gente de nuestra línea; ya fueron condiciones diferentes”.

Cuándo al entrevistado se le preguntó el año que asumió la dirigencia seccional dijo no recordar. A sus 92 años cumplidos sí recuerda que la corriente política que lo empujó a la dirigencia seccional fue la llamada Unidad Magisterial. Negó que en ese tiempo existiera la corriente Liberatista, o sea, de Liberato Montenegro Villa (qepd). “Surgió después”, dijo.

- ¿La actividad dentro del magisterio le dio la oportunidad, el impulso, para llegar a la presidencia municipal de Tepic?

-No propiamente. Cuando inicia su campaña a la gubernatura el Coronel Flores Curiel (1975), don Emilio (González Parra), quien fue el coordinador general de la campaña priista, me llamó para que coadyuvara con él en mi calidad de subcoordinador. Don Emilio, era entonces Senador de la República, por ello frecuentemente iba la Ciudad de México a cumplir tareas legislativas, entonces yo quedaba al frente de la campaña.

Al término de esta actividad política, el Coronel Flores Curiel me llama para que me haga cargo de la secretaría general del comité directivo estatal del PRI. Con todo respeto me negué, porque yo no concordaba con el presidente del partido José Félix Torres Haro, a quien le gustaba consumir bebidas alcohólicas en demasía. Se buscó un acomodo y me hice cargo de la CNOP estatal, con total independencia de Torres Haro durante tres años”.

Al inicio de los años 80 viene luego la campaña de don Emilio González Parra, candidato del PRI al gobierno de Nayarit. Braulio Pérez Valdivia es designado, por decisión de don Emilio, como responsable de la campaña en el municipio de Tepic. “En ese tiempo, el municipio de Tepic representaba aproximadamente entre el 35 y 40 por ciento de los votos en el total electoral estatal, era importante. La gravedad política en el municipio era muy fuerte”.

Al final, Don Emilio mostró satisfacción con el trabajo desempeñado por el maestro Braulio, por consecuencia intervino para que le dieran el cargo de presidente del PRI en el municipio de Tepic. Posición que representó preludio a la candidatura del PRI a la presidencia del Ayuntamiento de Tepic. Pérez Valdivia fue alcalde municipal en el período 1984-1987.

“Yo creo que el papel fundamental de un ayuntamiento son los servicios, primero; y los sueldos, naturalmente, van implícitos; y si sobra dinero, obras. La meta fundamental no es hacer obra, sino cumplir con eficiencia los servicios. En los tres años que estuvimos al frente del ayuntamiento no hubo un solo bache en las calles de la ciudad de Tepic”.

Sostiene que cada mes se reunían con colonos, visitaban todo el municipio, incluido el medio rural, con el propósito de conocer el funcionamiento de los servicios y, por supuesto, las fallas de estos. Las arcas municipales eran mensualmente sujetas a auditoría, por personal especializado. Lo cual, el entrevistado considera muy importante.

Braulio Pérez Valdivia sostiene que su administración sentó las bases para el desarrollo material en el municipio de Tepic, aparte de considerar que hubo un manejo honesto de las finanzas públicas en el organismo.





 

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