LA RESERVA ÉTICA DE NAYARIT ANTE LA BARBARIE
José Luis González López

La guerra contra el narcotráfico que desató Felipe Calderón Hinojosa al inicio de su espurio sexenio, fue una desesperada búsqueda de legitimación, según reveló Wikileaks. Sembrando terror, sin preparación alguna se lanzó en una guerra absurda por problemas de debilidad política; también la impuso para garantizar la protección de los intereses americanos, desde ahí se le ordenó al embajador apuntalar a Calderón y promover y hacer priorizar las áreas que son estratégicas para Washington. Mientras, deslizaban el país a la guerra, hacia el estado de excepción y a la dictadura.

Cómo fue posible abstraerse y sin ningún remordimiento, ordenar la aplicación de un plan militar que condenaba al aniquilamiento a miles de seres humanos. Es posible porque Calderón opera con construcciones teóricas rígidas, consignas y esquemas; los afectados por sus órdenes y disposiciones son seres abstractos que en nada se parecen a seres normales, a los miembros de su familia. Ningún hombre psicológicamente normal estaría indiferente ante las dantescas escenas de las 40,000 muertes, los despedazados, desollados y apilados en montón, los inocentes bebés cosidos a balazos… pero el señor Calderón se encuentra aislado, no percibe el infierno que se vive y los únicos “tiros” que admite son los de tequila. El presidente Felipe Calderón aseguró que los "únicos shots (tiros)" que han recibido los springbreakers en México son de tequila.

La guerra de calderón ha sumido a ciudades enteras en el terror, en 2007 el año en que inicia su guerra contra el narcotráfico  hubo 2673 ejecuciones, en 2008: 5630, en 2009: 7724, en 2010: 15, 273 y 2011 es aún más violento; entre diciembre de 2006–diciembre de 2011 hubo 18, 491 levantones, la CNDH documentó 214 secuestros masivos con 11,333 victimas fatales entre abril y septiembre de 2010. Entre las peores fallas estratégicas advertidas, están: el inició el combate con una policía infiltrada por el narco; no actuar contra empresarios que lavan dinero del narco ni perseguir a gobernadores, policías y funcionarios coludidos.

Y lo que nos faltaba, Eduardo Buscaglia asesor de la ONU en el tema del narcotráfico, expresó: “yo no tengo pruebas de que Calderón proteja algún narco pero el sistema que él preside sí lo está haciendo…”. Anabel Hernández la periodista autora del libro “Los señores del narco”, demuestra que está política de calderón  ha hecho crecer la violencia y propiciado que surjan –escuadrones de la muerte y la guerra “sucia”.

Felipe Calderón sugiere, con extremado descaro, que nos acostumbremos a las masacres. Anhela un régimen autoritario, en el que según definiciones clásicas, se establecería una forma de convivencia donde a la mayoría de las gentes les faltaría el valor necesario para elevar su voz contra las grandes injusticias y crímenes; donde a los frecuentes abusos se les terminaría observando como algo normal. Nos acostumbran a la sangre, a la muerte para sustituir la capacidad de indignación, porque con el conformismo nos volveremos cínicos e inmorales, frente a toda la destrucción de vida.

Ya es manifiesta la ausencia de moral, los panistas quedaron impedidos para reivindicar el respeto a la dignidad humana al ignorar que las personas son un fin y no un medio. Theodor Adorno en una defensa apasionada de nuestros semejantes, exclamó: “No, en definitiva no, simplemente no quisiera resultar bajo el poder de un gobernante, que no comprenda que dirigir al pueblo significa dirigir a gentes, gente de carne y hueso, gentes, que por sí solas son un fin, no un medio; gente sencilla, en fin, que sólo buscan, eso que se llama felicidad”. Y nuestra tragedia es el gobierno de facto panista, que trata a los ciudadanos como si fueran cualquier cosa, como material desechable, de ahí los horrores de la guerra de Calderón y otras acciones destructivas, crímenes y hasta el genocidio. La gente no puede ser “material histórico”, ni tratada como “daño colateral” en los experimentos de algún “gran” líder, porque así surgió el fascismo y su culto a la muerte.
 
Y matan, escribió Pedro Miguel: “Como si no existieran el Código Penal ni la Declaración Universal de Derechos Humanos, como si nadie hubiera descubierto aún la axiomática procedencia moral y social del precepto “no matarás”, como si Sócrates hubiese hecho gárgaras de cicuta sólo para divertir al público, como si Jesús no se hubiera dejado clavar en un madero, como si un puñado de ilustres no se hubiera tomado la molestia de reunirse en Querétaro para emprender la engorrosa tarea de redactar una constitución, como si los infractores fueran reses y no personas”.
 
Por ahora la impunidad protege, como viscoso manto, a los criminales de lesa humanidad pero la guerra continúa con su acelerada erosión del poder político. Y ya se les sitúa en el banquillo de los acusados para ser juzgados por la historia: "¿Quién en su sano juicio votaría, por quién no impidió un verdadero genocidio?" se pregunta Miguel Carbonell, e indicó que si Calderón llega a Julio 2012 con cifra de casi 50 mil muertos, nadie va a votar por su partido.

En Nayarit, la derecha echevarrísta está agitando la negra bandera de la necrofilia y reafirmando su instinto de destrucción, de desprecio a la vida, y hasta festinan la tremenda escalada de violencia con un ¡VIVA LA MUERTE! Sacan provecho de la violencia al implementar una estrategia electoral de terror contra los opositores. Es obscena la forma como se buscan beneficiar con la sangre derramada para obtener votos; Naranjo también utiliza la inseguridad, no para hacer la menor crítica al responsable sino para buscar votos responsabilizando de todo a otros, e ir por más dádivas y beneficiarse, hasta obtener: unidad blindada y guardias personales. Es el menos indicado para oponerse a la guerra y hablar del tema de inseguridad, por encontrarse entregado al gobierno federal y ser cómplice de la  instauración del Estado Policíaco. Los chuchos y Naranjo, Echevarría y su mujer, son marionetas movidas desde las Pinos y al igual que los priístas tienen responsabilidad en la inseguridad y se demostrará al momento de deslindar responsabilidades.
 
LA VIDA ES EL VALOR SUPREMO DE LO EXISTENTE Y SE LE RESPETARA INVARIABLEMENTE: ¡NO MATARÁS!
 
“Yo descubrí que la vida actúa en medio de la destrucción – escribió Gandhi – en consecuencia debe existir una ley más elevada qué la ley de la destrucción. Sólo con esta ley la sociedad será construida correcta y racionalmente y la vida valdrá la pena que se le viva…”. La reserva ética de Nayarit se manifiesta en la lucha contra la guerra, en detener la incitación a la violencia, el proceso destructivo de la vida y, de la paz. ¡VIVA LA VIDA!