Probable perjuicio a la salud por la rotación de turnos laborales
Sergio Mejía Cano
25 de Agosto de 2025
En un encuentro ocasional con un antiguo compañero ferroviario, después del saludo y abrazo correspondientes le pregunto por su hijo menor al que desde pequeño se le consideraba como un cerebrito por ser buen estudiante, sacando siempre buenas calificaciones y reconocimientos desde la primaria.
Me dice que su hijo fue víctima del sistema educativo que se dio en la etapa neoliberal cuando se rechazaba a infinidad de estudiantes que pretendían ingresar a la educación media y superior, pues si bien se pudo acomodar en la preparatoria después de perder un año en el que fue rechazado, al salir de la prepa hizo examen de admisión en una facultad de Derecho, pero al igual como le sucedió en la preparatoria, no alcanzó lugar; pero sí pudo entrar en la de Contaduría para estudiar para contador público y auditor. Sin embargo, como le llegó el gusanito del amor, se casó, por lo que la presión de los gastos familiares tuvo que abandonar los estudios de contaduría y se metió a trabajar en una industria con sede en Guadalajara, Jalisco.
Le pregunto a mi antiguo compañero del ferrocarril por qué no siguió estudiando a pesar de ya estar trabajando, pues hay muchas personas que trabajan y estudian. Responde mi compañero que en la empresa en donde trabaja su hijo no se puede hacer eso porque tienen rotación de turnos: dos semanas en el día, dos semanas en la tarde y otras dos semanas en el turno nocturno; y además, comentó que afortunadamente a su hijo le iba bien en ese trabajo, pues ganaba bien, ya que empezó como obrero en un puesto con bajo salario, poco a poco fue subiendo de puesto y categoría dentro de esa empresa y, pues como ya va para diez años de servicio en ese trabajo, como que ya se olvidó de estudiar en alguna facultad y tal vez menos, porque ya tenía tres hijos: dos varones y una niña.
Y he aquí esto de la rotación de turnos que tienen varias empresas o industrias lo que le ha cortado las alas a muchas personas que quisieran seguir estudiando o emplear el tiempo fuera de su turno para desempeñar algún otro oficio, pues si alguien que quisiera seguir estudiando para tratar de superarse en su estatus económico o de conocimientos ya no lo puede hacer precisamente por esa rotación de turnos; igual que alguien que en su tiempo libre quisiera desempeñar algún oficio que domine ya sea como fontanero, electricista, carpintería o algún taller de algo, con esa rotación de turnos tampoco podría desempeñar al cien por ciento lo que quisiera hacer, pues podría quedar mal con algún trabajo o probablemente por eso del cambio del reloj biológico que sufre un organismo humano por los cambios de horario, se podría sufrir algún tipo de accidente.
La Ley Federal del Trabajo permite que haya rotación de turnos y si bien señala que siempre y cuando no excedan las horas prescritas por la misma ley y que no puede ser en forma unilateral por parte de la parte patronal o empleadora, se entiende que el trabajador al firmar su contrato de trabajo se sujeta a las cláusulas correspondientes en donde se cita que tendrá que hacer rotación de turnos, así que al firmar de acuerdo el trabajador ya no tiene nada que reclamar.
Comentando lo anterior con algunos otros camaradas se llegó a la conclusión de que, en sí la rotación de turnos en cierta forma afecta al país, pues obliga a los trabajadores precisamente a ya no poder seguir estudiando ni hacer otras cosas por ese cambio de horarios que pueden ser de una o dos semanas, de acuerdo al contrato laboral que firman los trabajadores. Sin embargo, lo más preocupante podría estribar en la afectación al estado de salud de quienes están expuestos a la rotación de turnos precisamente por el reloj biológico que tienen por lo regular la mayoría de los seres vivientes.
Es bueno recordar cuando se dio el cambio de horario en nuestro país a partir de 1996 en que según varios especialistas supuestos expertos en la salud humana decían que esto afectaría considerablemente la salud de los mexicanos de todas las edades y sexos; y esto que dicho cambio se daba cada seis meses. Así que ahora imaginemos si no podría dañar más ese cambio de horario cada semana o dos.
¿Por qué la Secretaría de Salud no tomará en cuenta esto de la salud de los trabajadores que rotan turnos laborales? Se debería de hacer un estudio serio y a fondo sobre si este posible daño es de carácter irreversible y, las autoridades laborales se pregunten por qué el hacer esta rotación de turnos. ¿Acaso para favorecer a la clase patronal?
Sea pues. Vale.
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