La importancia de la neurociencia cognitiva
José Octavio Camelo Romero
05 de Mayo de 2025
La Neurociencia Cognitiva debiera de ser una disciplina científica integrada en todos los planes de estudios de quienes de alguna forma participarán en los procesos de enseñanza aprendizaje en cualesquiera de los niveles educativos.
Y la pregunta es evidente: ¿Por qué?
La respuesta no es tan evidente.
En primer lugar, hay que decir que la neurociencia cognitiva es una disciplina que investiga, que busca dar respuestas cabales a las interrogantes, ¿Cuáles estructuras cerebrales participan en los procesos cognitivos? Y ¿Cómo las funciones cerebrales dan lugar a los procesos mentales?
Esto implica, entre otras cosas, replantear el cuestionamiento de Descartes de la relación Cuerpo Mente. Pero al mismo tiempo, comprender la estructura y la relación entre el Sistema Nervioso y el pensamiento, o más específicamente entre el cerebro y los procesos cognitivos.
Pero, ¿Qué son y cuáles son los procesos cognitivos?
Los procesos cognitivos son las operaciones mentales que el cerebro realiza para procesar información que proporciona el cuerpo como la que proviene del medio donde se encuentra y desarrolla; también procesa información para aprender y para tomar decisiones. Estos procesos incluyen, entre otros, a la percepción, a la atención, a la memoria, al pensamiento, al lenguaje, etc.
Por eso los procesos cognitivos son esenciales para la vida diaria, permitiéndonos interpretar el mundo que nos rodea, recordar información, tomar decisiones, comunicarnos, etc.
A continuación, se detallan algunos de los procesos cognitivos más importantes:
Percepción: Es la capacidad de integración de información que recibe a través de los sentidos, como la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato.
Atención: Es la capacidad de enfocar la mente
Memoria: Es la capacidad para almacenar, retener y recuperar información.
Pensamiento: Es la capacidad de razonar, resolver problemas, tomar decisiones y crear ideas.
Lenguaje: Es la capacidad de comunicarnos con gestos, palabras y símbolos.
Motivación: Es el impulso que nos lleva a realizar acciones para alcanzar metas.
Emoción: Son las reacciones que experimentamos ante estímulos
Cognición social: Es la capacidad de comprender las emociones, pensamientos y acciones de los demás.
Toma de decisiones: Es la capacidad de evaluar opciones y elegir la mejor alternativa.
Los procesos cognitivos son fundamentales para entender por qué nuestra especie funciona como funciona.
Y aunque ya conocimos algunos procesos mentales, la otra cuestión es saber cuáles estructuras cerebrales les corresponden,
Sin embargo, no abordaremos todos los procesos cognitivos por dos motivos. Primero porque su servidor no es un experto, y, segundo, porque disponemos de poco espacio. Ocuparíamos demasiado espacio. Por lo tanto, veremos los procesos cognitivos más básicos.
Iniciaremos con la Atención.
La atención es un proceso cognitivo esencial, involucra la participación de múltiples áreas cerebrales. Entre las principales estructuras implicadas se encuentran la corteza prefrontal, la corteza parietal posterior, el tálamo, el núcleo pulvinar, el colículo superior, el sistema activador reticular y el lóbulo parietal, además de otras áreas cerebrales.
Estructuras clave y sus funciones:
Corteza prefrontal: Regula la atención selectiva, la atención sostenida y la atención dividida, permitiendo centrar el foco en una tarea y cambiar de foco.
Corteza parietal posterior: Participa en la orientación de la atención hacia estímulos, especialmente en la atención espacial.
Tálamo y núcleo pulvinar: Son estaciones de relevo de la información sensorial y juegan un papel en la activación y alerta.
Colículo superior: Se encarga de la orientación de la atención hacia estímulos visuales.
Sistema activador reticular: Mantiene el estado de alerta y vigilancia.
Lóbulo parietal: Integra la información sensorial y participa en la atención espacial.
Otras áreas involucradas:
Hipocampo: Involucrado en la atención relacionada con la memoria.
Cíngulado anterior: Ayuda a dirigir la atención a la acción y regula las áreas que permiten tareas cognitivas complejas.
Cuerpo calloso: Conecta los dos hemisferios cerebrales, facilitando la transferencia de información y la integración de la atención.
Lateralización de la atención: Aunque la atención es una función bilateral, cada hemisferio tiene especializaciones. El hemisferio derecho se encarga de la atención selectiva y el hemisferio izquierdo, de la atención sostenida.
Como se aprecia, la atención no es un proceso simple. Por lo contrario, es un proceso complejo que involucra la interacción de diferentes áreas cerebrales, cada una de las cuales tiene una función específica en la selección, orientación, y mantenimiento de la atención. Y así es la complejidad de todos los procesos cognitivos. Sin embargo, con esta muestra se puede valorar la importancia de la neurociencia cognitiva para instrumentar a los docentes de la información mínima necesaria. Pero, ¿Para qué? Para saber que estructuras o áreas cerebrales están funcionando en sentido contrario al que se espera que funcionen para obtener resultados cognitivos excelentes. Pero a la vez, con dicho conocimiento se sabe con certeza que actividades desarrollar para estimular un mejor desenvolvimiento de dichas estructuras o áreas cerebrales. Y por si fuera poco, esta información permitirá a los docentes atender selectiva e individualmente a sus aprendices, dado que no existen dos individuos, ya no digamos cerebros, iguales.
De esa manera, cada docente será un neuroeducador, un neuropedagogo, un neurodidacta.
Doy gracias a mis lectores
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