Tepic, Nayarit, miércoles 01 de mayo de 2024

Debe haber respeto a reporteros como a la ciudadanía en general

Sergio Mejía Cano

11 de Febrero de 2022

Varios medios informativos locales, a través de sus portales de internet dieron a conocer la nota respecto al hostigamiento que sufrió por parte de algunos policías municipales el reportero Arturo Jáuregui, el pasado martes 08 de este mes de febrero, al andar cubriendo la instalación de una carpa para recolectar firmas de la ciudadanía para que se les cumpla con el descuento del 50 por ciento en el pago del predial a los adultos mayores, pensionados, jubilados y personas con discapacidad motora corporal.

Se informa que la instalación de dicha carpa, en la Plaza Principal, frente a Catedral, fue a iniciativa del diputado local Luis Zamora Romero, quien según se dice, los policías municipales no querían que se instalara dicha carpa porque no tenían el permiso correspondiente por parte del edil municipal, aclarándoles que, en sí, para una manifestación popular no se requiere permiso; pero que aun así hizo llegar un oficio para no tener más problemas.

Y ahí surgió el hostigamiento que, algunos medios señalan como intimidación al reportero Jáuregui, al estar ahí tomando nota de lo que estaba pasando; hecho que desde luego incomodó a otros tantos reporteros y camarógrafos que estaban en el entorno, quienes al darse cuenta de que el reportero en cuestión estaba siendo rodeado por los elementos policíacos, de inmediato se acercaron para ver qué pasaba; sin embargo, los policías se retiraron de inmediato tal vez para no ser grabados en su mala acción.

Mala acción, porque hoy en día en que muchos periodistas han sido agredidos a nivel nacional, se habla del esquema de protección a los periodistas; pero al parecer y por lo sucedido en la Plaza Principal, dichos elementos de la policía no tienen esto en cuenta; porque no nada más no deben intimidar a los periodistas, sino tampoco a ningún ciudadano del sexo que sea y de la edad que tenga. Pero, como se entiende que los policías no se mandan solos, se intuye que tuvieron que cumplir órdenes de más arriba para tratar de retirar de ahí el reportero al que agredieron.

Y esto sí que es de llamar la atención, porque con esta actitud de los elementos policíacos, se ve claramente que no están capacitados debidamente; porque si bien se entiende que tienen que acatar órdenes de sus superiores, deberían de saber que no tienen por qué obedecer órdenes que atenten contra las garantías individuales y los derechos humanos de la población, y menos coartar la libertad de prensa y de expresión y por supuesto, que vayan en contra de la libre manifestación de la ciudadanía; y menos aún, tratar de impedir que los reporteros hagan su trabajo, cuya función es precisamente andar buscando la nota del acontecer cotidiano para darla a conocer a la opinión pública, para que esté informada y genere su propia opinión respecto a lo que sucede en la vida diaria.

Continuamente aparecen en las redes sociales videos en donde algunos ciudadanos graban o toman fotos de  la actitud y la acción de diversas corporaciones policíacas y, en muchos de estos casos, por lo regular se mira que algunos de estos elementos guardianes del orden, se molestan porque los están filmando o tomándoles fotos, por lo que se ha visto también que se dejan ir en contra de la población que está haciendo uso de sus teléfonos móviles y a veces hasta se los arrebatan o tratan de arrebatárselos con el consabido dicho de que “está prohibido” que los estén grabando, sin especificar de bien a bien, en dónde dice que está prohibido grabarlos cuando, como servidores públicos, siempre pueden y deben  estar bajo el escrutinio público.

Ahora que están en uso los teléfonos portátiles con cámara de video como fotográfica y hasta con grabadora, se entiende que este aparato se ha convertido en una extensión del cuerpo humano, porque si anteriormente los ciudadanos se detenían a mirar algún operativo, aprehensión o cualquier acto policíaco ni modo que los policías les dijeran que cerraran los ojos y que no dijeran nada después de lo que habían visto; claro que no, lo único que podían hacer los policías era retirar a la gente que se aglomeraba a observar sus actitudes; pero hoy en día, estos teléfonos móviles vienen a sustituir ojos, boca y oídos de las personas y, mientras estén en servicio los elementos policíacos o cualquier servidor público, puede ser cuestionado por la ciudadanía, en el entendido de que lo público, público es, y en este entendido, ningún servidor público, mientras esté en servicio, podrá ni deberá oponerse a ser filmado.

Sea pues. Vale.

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