Tepic, Nayarit, lunes 29 de abril de 2024

“El Maletín Mágico”

Rocío Alegría Treviño (Cielo)

01 de Diciembre de 2022

Cierto día, en que el sol avanzaba lentamente hacia el ocaso, cuando las nubes se coloreaban de naranja y rosado; un anciano llegó al pueblo, solo cargaba en sus cansadas manos un viejo maletín color café, de piel, muy gastado y deteriorado; los niños que jugaban en la plaza, notaron al anciano, pues éste tenía cierto poder de atracción; los chiquillos fueron y se acercaron curioseando el maletín que portaba el viejo.

El anciano sonriente, les dijo: Vengan niños, acérquense, les mostraré lo que hay dentro del maletín, curiosos los niños se acercaron rodeando al anciano, el cual estaba fascinado de ver tantos rostros sonrientes y ojos avispados.

¡Miren, les dijo! Abrió el maletín y con cuidado y haciendo que los niños se entusiasmaran más con movimientos lentos, sacaba cosas increíblemente bellas, juguetes que encendían luces y tocaban, muñecos de diversas figuras como soldados que al ponerlos en el suelo por arte de magia, marchaban con gallardía, como si tuviesen vida propia, hermosas figuras de animales que los sorprendieron muchísimo, pues eran idénticos a los animales, hasta la piel suave con la de ellos, ejemplo los leones, los tigres y lo más increíble, caminaban, retozaban y  gruñían como los verdaderos.

Los sacaba y enseñaba, pero los volvía a meter al maletín, los niños, le pidieron que les regalase uno de ellos, pero el anciano se negó, les dijo, que dentro del maletín había muchas más cosas que sabía que serían de su agrado, pero que solo si lo acompañaban a su choza, les enseñaría todo lo que había dentro. Los niños pensaron en ello y no les gustó la idea, sin embargo, uno de los más pequeñitos comenzó a llorar porque quería un soldadito.

Ante eso, los niños le preguntaron al anciano si podían ir a su casa a pedir permiso a sus padres para poder acompañarlo, pero éste se negó, les dijo que sus padres no debían enterarse, pues el maletín mágico, solo funcionaba con los niños y si sus papás sabían, el maletín no tendría dentro nada, todo desaparecería.

¿Por qué? . . .  Pregunta uno de los niños. . .  Miren, es que los adultos no creen en la magia, ellos han olvidado lo que es soñar con cosas que solo existen en nuestra imaginación; los problemas de la vida, los hacen olvidar que se puede ser feliz también soñando vidas perfectas; pero ellos se dedican al trabajo y se olvidan de soñar; por ello, no deben enterarse, si quieren vamos rápido y luego se regresan.

Ya casi oscurecía y Julio el mayorcito, les dice a sus amiguitos que deben avisar a sus papás, que no está bien que se vayan a escondidas; pero Javier, siendo su hermano y el más pequeñito llora y llora, el anciano le dice que, si lo acompañan, le regalará al pequeño todo lo que desee.

Pues con algo de preocupación y viendo que la noche ya comenzaba a tender su manto; los pequeños siguen al anciano de lejos, porque así les dijo él, se van alejando del pueblo y a lo lejos divisan una casucha como abandonada, que tenía una lánguida luz amarillenta, era la casa del anciano; jamás la habían visto antes. ¿Qué extraño verdad? Tanto pasar por aquí y nunca notamos esa casa. . .  Comentó Julio a sus amiguitos. . .. ¡Es verdad! Esa casa, no estaba ahí nunca, dijo otro niño. . .. ¡Qué raro, esto no me gusta!

Dijo Julio, pero en eso el anciano se detiene y acariciando el maletín, les dice: No se detengan, aquí traigo grandes cosas para ustedes. . .  Y continúa su camino, los niños tentados por la curiosidad siguen al anciano; llega a la casucha, que despedía un feo olor, entran y el anciano se dirige a una mesa que tenía ahí toda empolvada, pone sobre ella el maletín, les dice a los niños que no tarda y se introduce en un cuarto, los niños esperan buen rato y nada del anciano; con la tentación encima, todos se acercan al viejo maletín, Julio lo baja de la mesa, ya en el suelo lo abre para sacar todos los juguetes increíbles que les enseñó el anciano; pero cuál es su sorpresa, dentro del maletín, no había nada, está totalmente vacío, lo sacuden y sacuden, pero nada sale. Están boquiabiertos. ¿A dónde se fueron los juguetes? ¿Qué estaba pasando ahí? . . .  Asustados porque el anciano no regresa, se toman de las manos y se dirigen a la puerta para salirse de ahí.

Sin embargo, la voz del anciano los detiene, pues les dice: Niños, no se vayan, estaba ocupado, vengan, les enseñaré todo lo que tengo guardado para ustedes. . . Pero Julio jala a los niños y los lleva hacia fuera, ya no les importaban los juguetes, ni las curiosidades, solo querían llegar a casa. Salen apurados y se encuentran en un lugar extraño, no hay un camino, la casa está en medio de un bosque inmenso y oscuro, se abrazan y varios comienzan a llorar.

El anciano sale y les dice: ¿Creían que podían escapar? Soy Mago y así es como me robo los niños para llevarlos a otros Países, donde casi no hay niños y me pagan muy bien por ellos; así que ahora tendrán que meterse, pues no hay a donde ir. Julio sin hacer caso del anciano, jala a los niños y corren por el bosque oscuro, lloran los más pequeños; pero no se detienen, el anciano enojado los persigue, pero no los puede alcanzar, Julio y sus amiguitos, no saben a dónde dirigirse, cuando se han alejado del anciano, una luz brillante se les aparece; y baja lentamente hasta el suelo y se convierte en una hermosa hada, todos se quedan atónitos, no saben si temer o confiar.

Se dirige a Julio, que es el mayor y le dice que ella los ayudará, pero que necesita su ayuda pues debe quitarle el maletín a ese malvado anciano, ya que ha hecho mucho daño a los niños y que, sin el maletín, ya nada podrá hacer; que ese maletín lo robó del Tesoro de los Gnomos, que ellos lo andan buscando también, pues saben que lo usa para hacer maldad.

Pero ni los Gnomos ni ella, lo pueden atrapar, pues tiene poderes y ellos no pueden acercarse, solo Tu, Julio puedes acercarte sigilosamente, sin que te vea. Julio asustado, le dice: Yo no quiero ir a esa casa. Mira. . . Le dice la hermosa joven de ojos verdes inmensamente hermosos. . .  Sé que estás asustado, pero yo te haré invisible, así que no corres riesgos, solo cuídate de no verlo a los ojos, pues si lo haces, él te verá y te atrapará. . .  No. . .  Dice Julio. . . No quiero ir. . . En eso, la hermosa Hada, le pone la mano en sus ojos y aparecen ante él, escenas donde miles de niños lloran tristemente por no encontrar a sus padres, están en una oscura cueva y solo ella puede salvarlos, pero necesita el maletín, para que los gnomos puedan encontrar la cueva, pues hay muchas de ellas y no han podido dar con los niños, que ese horrible y malvado anciano tiene raptados y escondidos.

El niño, al ver lo que sucede, siente deseos de ayudar, pero le teme mucho a ese anciano, la joven y bella hada, le dice: No temas, ahorita debe estar durmiendo y en cuanto tomes el maletín echas a correr y ya sin el maletín en sus manos, tendrá menos poder, además yo te cuidaré y a tuis amiguitos también.

Sin otra opción que seguir Julio accedió a ir de nuevo a la casucha, sigilosamente se acerca y entra muy despacio sin respirar, a pesar de que iba invisible, el anciano, siente la presencia y se queda viendo fijamente hacia la entrada, Julio baja la cabeza para no verlo a los ojos y lentamente el viejo se va quedando dormido al ver que no hay nadie.

Rápidamente Julio toma el maletín y sale corriendo; el anciano siente como un aire frio que le azota en la cara y despierta; cuando ve al maletín volando, se sorprende ante eso y de momento se queda quieto. Se repone y se levanta queriendo correr tras el maletín, pero sus piernas no le responden y camina muy lento, mientras velozmente Julio se aleja del lugar con el valioso maletín en sus manos.

Llega a donde están sus amiguitos y la hermosa Hada, quien los tiene entretenidos contándoles historias de las estrellas, que es de donde ella viene; al ver a Julio se alegra y toma el maletín, les dice que los encaminará a su casa y mientras van caminando, se encuentran un montón de hombrecitos pequeños, que brincan y bailan alrededor de la joven, son los gnomos que salieron de las grutas para llevarse el maletín, encontrar a los chiquitos que están raptados y llevarlos a todos camino a sus casas.

Mientras ellos se dirigen a buscar la gruta indicada, donde se encuentran todos esos niños robados y a donde ellos iban a parar, de no ser por la valentía de Julio; la joven los abraza y les dice que cierren los ojos; les besa con infinito amor en la frente, aconsejándoles que nunca le hagan caso a los extraños, que eso no es bueno, pues les puede pasar algo muy malo.

Abrazados fuertemente a ella, sienten como que si las nubes los abrazaran junto con una ráfaga de cálido viento y al abrir los ojos; se encuentran otra vez en la plaza de su pueblo y todos están como si nada hubiese pasado, en eso, llegan sus padres y les platican lo que les ocurrió, aunque ellos extrañados solo se miran entre sí, pensando que son mentiras de los niños, ya que solo se alejaron como diez minutos de ellos.

Julio se quedó serio, pensando que sus papás no le habían creído o si de verdad lo había vivido o soñado, sentía una sensación extraña, veía que sus amiguitos habían olvidado todo y jugaban felices, él solo se sentó a verlos jugar, en eso dirige su mirada al cielo y ve a la bella hada que le saluda agitando su mano. Su mamá alcanza a ver a la bella hada y entonces, se queda sorprendida y abraza a su hijo, dando las gracias a la hada, saludando con su mano.

Se aleja rápidamente como una luz resplandeciente y desaparece en el infinito, al momento, se confunde entre todas las estrellas.

Y colorín, colorado, este cuento, se ha terminado.


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