Tepic, Nayarit, martes 07 de mayo de 2024

“La Serpiente devoradora”

Rocío Alegría Treviño (Cielo)

21 de Enero de 2023

En las ciudades antiguas de Tenochtitlan, ese Gran Imperio en que los aztecas eran muy civilizados, existían grandes poetas, lucían en sus palacios bellísimos jardines con plantas exóticas de perfumes y aromas que envolvían y enamoraban; gente muy limpia, educada, muy disciplinada; los padres eran muy estrictos con los hijos e imponían severos castigos si desobedecían. Cuando llegaban gobernantes de visita se les recibía con excelentes fiestas, danzas bellísimas con escenarios de sueño, los danzantes se engalanaban con plumas de quetzal, jades y turquesas, brazaletes de oro y filigrana, bellos penachos multicolores. Eran pueblos muy avanzados en ciencias y sobre todo en las artes.

Sin embargo, un día llegó un visitante, traía uno de sus acompañantes un árbol muy pequeño, con una serpiente rodeada en el tallo. Pidió ir con el Dueño de esas tierras, lo llevaron ante él y se dijo llamar el Calpekir , quien su trabajo era colector de atributos. Ellos sabían que existía este ser, pero nunca había llegado a sus tierras; así que con cierto temor y desdén lo escuchaban, pues él escogería que llevarse.

Pedía Maíz, telas, cerámica, jóvenes doncellas, esclavos, etc. Cosa que no les gustó a ellos, pues amaban a las personas.  A sus hijas a las cuales cuidaban con esmero, instruyéndolas para ser buenas esposas; ahora estaban expuestas a que el Calpekir se las llevara con él.

El Señor de esas tierras, le dijo que no estaba conforme con ello, que pidiera otras cosas, pero él no le daría ni jóvenes, ni esclavos, pues los esclavos que tenían eran de otras tribus y ellos los usaban para cultivar sus campos, recibiendo buen trato, que ellos practicaban el amor y la bondad, por ello sus cosechas eran abundantes, ya que los esclavos eran felices y trabajaban con gusto, pues siempre se les recompensaba con rica comida, tenían sus propias casas y no recibían maltratos. El calpekir se molestó mucho y puso en el suelo el árbol pequeño, la serpiente se desenroscó del árbol y comenzó a caminar en el suelo, al hacerlo comenzó a brotar agua en abundancia y más y más conforme avanzaba, El Señor de esas tierras tomó a la serpiente y la puso dentro de una canasta hecha con hojas de palma, la encerró y al instante el agua desapareció, asombrado el Calpekir, le dijo, que le regresara su serpiente, tomó su árbol y la serpiente se arrastró velozmente hacia el tallo del árbol para enroscarse.

¡Me voy, dijo el Calpekir, con las manos vacías, pero esto, no se quedará así! Tendrá noticias mías. Y abrazando a su árbol con la serpiente, se alejó seguido de los acompañantes que eran quienes le ayudaban a cargar lo que recogía en los reinos, además traían carretas tiradas por caballos.

El Sr. De ese reino, se quedó preocupado, pues había desatado la ira de Un Calpekir y eso no le traería nada bueno, pero él era un rey sabio. No le gustaban los sacrificios humanos, ni esclavizar a los prisioneros de las batallas que libraban con otros reinos enemigos. Era un gran Poeta, le fascinaba observar el Cielo, las estrellas, estudiaba con avidez otras culturas, escribía bellos poemas y luchaba porque en su reino, prevaleciera la armonía y el amor.

Pues no había caminado mucho el Calpekir cuando llegó a un hermoso lago, donde nadaban hermosos patos, abundaban las garzas blancas y los cisnes, entonces de coraje; arrojó la serpiente al Lago, la serpiente comenzó a perseguir a las aves devorándolas todas, además de anegar de agua y más agua las colinas,  se bañaron y dejaban caer cascadas que fluían por toda la ciudad, la gente asustada se refugiaba en las partes altas, pues el agua seguía subiendo, el agua corría por los desfiladeros y abismos, los cuales se llenaban de agua,  los animales iban siendo devorados por la serpiente, así como todo lo que al agua arrasaba hasta niños y personas adultas, lo cual iba haciendo que la serpiente creciera más y más.

El rey de esas tierras estaba muy enfurecido y triste por lo que el Calpekir le hacía a su gente, las casas hermosas, yacían bajo el agua, los animales devorados, las flores inundadas y destrozadas. ¡Esto no puede seguir así. . . Dijo y consultó con su hechicero para pedirle como acabar con la serpiente, éste se acercó al rey y le dijo. . . Hoy consultaré con las estrellas y la Luna, es Luna llena y sé que me brindará un buen consejo de cómo acabar con esa horrible serpiente. 

El rey como pudo pidió a sus soldados ayudasen a las personas, construyó un gran refugio en lo más alto de su reino, era como un Castillo, toda una fortaleza, rodeado por altos muros y bellas escalinatas adornadas con preciosas enredaderas, los pájaros cantaban alegremente de ver a tantas personas reunidas ahí.

El Hechicero, le llamó al rey para decirle que ya tenía la respuesta de las estrellas y la Luna. Que esa noche habría un gran terremoto, pero que ellos estarían rodeados de una luz dorada, que enviaría el Dios del Universo, así que no les pasaría nada, en ese terremoto la serpiente sería tragada por la tierra, junto con las aguas, que solo debían permanecer encerrados y que oyeran lo que oyeran no salieran del Castillo.

El rey habló con las personas que lo amaban y les dijo, que no salieran pasara lo que pasara, escucharan lo que escucharan, pues eran artimañas del ser maligno y oscuro, que deseaba acabar con ellos.

Se encendieron teas, y quemaron inciensos, copal y mirra, se encerraron y se dispusieron a esperar, no dejaban de temer a lo desconocido y tenían terror de que algo malo les sucediera, de por sí algunos lloraban sus pérdidas ocasionadas por la serpiente de agua.

¡De pronto se cimbra la tierra! Truena como si se hubiesen roto sus entrañas, el sonido era estremecedor, se comienza a sacudir, el rey temía que el castillo se derrumbara, pero tenía fe en lo que su hechicero le había dicho, además él recitaba plegarias a los Dioses con teas encendidas e implorando misericordia.

Los árboles volaban por los aires, ya que al temblar tan fuerte la tierra se abría sacándolos con todo y raíz, era un espectáculo horrible, asustados se abrazaban entre sí, las montañas caían como pilares de arena y un aire saturado de veneno se extendía como una niebla.

La serpiente se revolcaba entre lodo y agua, tratando de sobrevivir, pero en eso se abre la tierra, se sacude violentamente y el ruido que provoca al abrirse es ensordecedor. La serpiente es tragada por la tierra junto con montones de agua, de pronto, ésta se cierra, dejando a la serpiente enterrada.

Todo enmudece, el agua comienza a regresar a su cauce como si fuese recogida por el Lago. Ya amanece y los rayos de sol iluminan la aurora pintando de hermosos colores las nubes en el cielo. ¡Era otro día! ¡El día del mañana!

El calpekir veía con horror lo sucedido y estaba tan enojado que no se dio cuenta, que era arrastrado por una fuerte corriente que lo llevaba hasta un abismo, cayéndole encima toneladas de lodo y tierra, desapareciendo junto con su árbol pequeño.

Todos se abrazaban felices y se dispusieron a reconstruir su hermosa ciudad, ofreciéndole al Dios del Universo Incienso y mirra en agradecimiento.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

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